En una extensa reunión de más de tres horas, que el Consejo Directivo de la central obrera mantuvo en su sede de la calle Azopardo, los participantes decidieron que no asistirán a la reunión tripartita programada para el miércoles de la semana próxima, y anticiparon que el 7 de agosto se plegarán a la movilización que las organizaciones sociales realizan todos los años a San Cayetano.
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Finalmente, los representantes de los trabajadores dejaron de lado sus pretensiones personales y adoptaron una actitud más combativa, al sentir que fueron desestimados en la reglamentación de la vuelta del impuesto a las Ganancias y la nueva figura de colaboradores independientes para que las empresas puedan tomar hasta tres monotributistas.
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Otro punto de inflexión es que el Gobierno no retirara la apelación que hizo al recurso de amparo presentado para declarar ilegal el capítulo de reformas laborales, que sigue sin entrar en vigencia porque la central logró frenarlo en la Justicia. El mismo supuestamente busca penalizar a los empleados que hagan bloqueos en las fábricas, pero fue considerado “muy mal escrito y nocivo”, ya que puede extenderse a otras labores sindicales.
