Lula Da Silva fue el anfitrión de los mandatarios.
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El Gobierno brasileño, anfitrión del encuentro, informó que 82 países, entre los que se encuentra Argentina, se adhirieron a esta iniciativa que apunta a erradicar el hambre en el mundo para el año 2030. Al anunciar la creación de esta alianza, Lula subrayó que el hambre y la pobreza no son el resultado de la escasez o de los fenómenos naturales, sino de las “decisiones políticas que perpetúan la explosión de una gran parte de la humanidad”.
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Javier Milei, pese a la adhesión, planteó su posición oponiéndose a ciertos principios de la alianza, asegurando que la “gobernanza global” es un “fracaso”, porque es “sinónimo de imposiciones de todo tipo” a las naciones y los ciudadanos. Asimismo, hizo hincapié en su postura de quitar intervención al Estado e insistió con que “lo único que funciona para sacar a miles de millones de la pobreza es el capitalismo de libre empresa”.
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El documento fundacional subraya el impacto de la pandemia, el cambio climático, las crisis económicas y los conflictos, así como el aumento de la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria, que afecta en especial a mujeres, niños y países más vulnerables, y busca coordinar esfuerzos internacionales, movilizar financiamiento público y privado, así como promover políticas basadas en evidencia para combatir el hambre y la pobreza.