Los analgésicos y antiácidos podrán venderse en cualquier comercio.
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En el decreto 1024, publicado en el boletín oficial, de ahora en más "podrán ser exhibidos en las góndolas de establecimientos habilitados como farmacias", para que "el público general pueda acceder directamente a ellos sin necesidad de intermediarios", pero deberán cumplir las siguientes condiciones: correcta señalización de las estanterías, medicamentos ofrecidos en cajas cerradas y vendidas exclusivamente a mayores de 18 años.
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La Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf), que es presidida por el correntino Miguel Lombardo, tuvo una rápida reacción y emitió un comunicado, donde manifiesta que esta medida sirve para "denostar la labor del profesional farmacéutico", y que "se pone en riesgo la salud de los pacientes", ya que propicia "la automedicación", además de convertirlo "en un simple negocio al servicio de los intereses económicos de unos pocos".
