La actividad económica no alcanzan los niveles del año pasado.
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Este rebote parcial ocurre luego de un primer semestre marcado por una histórica caída, consecuencia de la megadevaluación de diciembre pasado, que aceleró la inflación, erosionó el poder adquisitivo y afectó los niveles de empleo. Aunque la recuperación superó las expectativas iniciales, los números reflejan que la actividad económica aún se mantiene 2,1% por debajo del mismo período de 2023.
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En este contexto, la inversión y el consumo presentan señales de reactivación, aunque todavía insuficientes para hablar de un cambio estructural. El consumo de los hogares, aunque en alza, continúa 3,2% por debajo de los niveles del año pasado, mientras que la inversión, clave para sostener el crecimiento a futuro, se encuentra un 16,8% más baja que en 2023. La participación de la inversión en el PBI cayó al 16,4%, desde el 19% del mismo trimestre del año anterior, lo que plantea incertidumbre sobre la consolidación de esta recuperación en los próximos meses.