La premisa es echarlo abajo para construir uno nuevo.
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El renombrado “Palacio de los Deportes” pertenece a la firma Stadium Luna Park SA, cuyos accionistas son el Arzobispado de Buenos Aires y la Institución Salesiana, y ambos arreglaron el pasado 16 de octubre la entrega en concesión del predio a DF Entertainment, correspondiente a la empresa norteamericana Live Nation Entertainment Inc., junto a su socio en tierras argentinas, Diego Finkelstein.
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Los cambios estipulados por contrato, a partir de 2025, son: demolición del estadio, modificar su interior y su fachada, y construir dos pisos más de altura y dos pisos de subsuelo, aumentando la capacidad de 8.400 a 13.000 espectadores. La Iglesia se verá muy beneficiada, ya que recibirá 1 millón de dólares al momento de hacerse cargo la empresa constructora, y un monto similar por cada año de concesión.
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El mítico estadio, inaugurado en 1932, fue un templo mundial del boxeo, que albergó las peleas de Ringo Bonavena, Carlos Monzón y Nicolino Locche, entre otros. Asimismo, allí velaron a Carlos Gardel, fue la sede del casamiento de Diego Armando Maradona con Claudia Villafañe, y albergó a públicos multitudinarios en grandes espectáculos, como la despedida de la banda Sui Generis y la inolvidable presentación de Frank Sinatra.
