Planta de generación solar con almacenamiento a gran escala.
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En pleno desierto de Antofagasta inauguraron la planta fotovoltaica Quillagua, una obra que no solo capta la energía del sol, sino que también la guarda. Con una capacidad de 221 megavatios pico y un sistema de baterías capaz de almacenar 1.2 GWh, es la más grande de su tipo en América Latina. Su diseño permite seguir entregando energía limpia hasta seis horas después del atardecer, un aporte crucial para la estabilidad de la red eléctrica.
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La instalación, operada por la empresa Contour Global, comenzó a funcionar antes de lo previsto y representa un paso clave hacia la transición energética. El proyecto se inscribe en un contexto de fuerte crecimiento de las renovables en Chile, donde la participación de fuentes limpias en la matriz energética se multiplicó por diez en los últimos seis años y apunta a alcanzar el 70% para 2030.