En la madrugada del viernes Israel ejecutó una ofensiva militar sin precedentes contra Irán, dirigida a instalaciones vinculadas al programa nuclear, fábricas de misiles balísticos y sistemas de defensa aérea. En el ataque asesinaron a Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, a seis científicos nucleares, entre ellos Fereydoon Abbasi y al jefe del Estado Mayor iraní, Mohammad Bagheri.
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En respuesta Irán lanzó una serie de ataques con misiles que agravaron aún más el conflicto, elevando la tensión regional a niveles alarmantes. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, prometió represalias severas, asegurando que el crimen “no quedará impune”.
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Desde Tel Aviv las autoridades israelíes advirtieron que la ofensiva continuará. “Teherán arderá si los ataques persisten”, sentenció el ministro de Defensa, Israel Katz. El primer ministro Benjamin Netanyahu llamó al pueblo iraní a alzarse contra su régimen, y aseguró: “Esto recién empieza”.
