Una salida sin precedentes en la historia de la legislatura.
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El jefe de Gabinete abandonó la Cámara cuando estaba dando un informe de actividad a los legisladores, acusando a la senadora kirchnerista Cándida Cristina López de haberlo ofendido cuando lo llamó “mentiroso”, además de que no quiso pedirle disculpas. A punto de "hacer pucheros”, el funcionario -mientras abandonaba el Palacio- declaró que había sido tratado de manera irrespetuosa, por lo que no tenía sentido seguir respondiendo las preguntas de los senadores de la oposición si no le creían.
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La legisladora fue llamada a rectificarse desde la presidencia del cuerpo, que en ese momento ejercía el oficialista Bartolomé Abdala, pero se negó a hacerlo y agregó: “Pobrecito”, además argumentó: “No podía ofenderse, porque es un mentiroso”. La legisladora fue llamada al orden por el presidente de su bloque, José Mayans, quien le espetó: “Pero pará, terminala, callate”. La sesión quedó interrumpida al retirarse el funcionario libertario del recinto, pero fue invitado para reaparecer el miércoles próximo.
