Senadores opositores impusieron su mayoría en un debate cargado de tensiones.
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El Senado restituyó la ley que declara la emergencia pediátrica -con el hospital Garrahan como emblema- y la que blinda el financiamiento de las universidades públicas. La primera obtuvo 59 votos positivos, siete negativos y tres abstenciones; la segunda, 58 adhesiones con los mismos rechazos y abstenciones. Ambas superaron con holgura los dos tercios necesarios con la conducción de la vicepresidente, Victoria Villarruel.
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La emergencia pediátrica obliga a destinar recursos inmediatos para medicamentos, insumos críticos, infraestructura y personal especializado, mientras que la norma universitaria establece actualizaciones presupuestarias atadas a la inflación, junto con paritarias obligatorias para docentes y no docentes. El resultado significa un fuerte revés para el Ejecutivo, que días atrás ya había demorado el giro de fondos vinculados a la también reactivada ley sobre discapacidad, lo que abre incertidumbre sobre su próxima respuesta.
