El fin de su incomparable magia dejó un vacío imposible de llenar.
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Pasaron cinco años desde su fallecimiento, pero su legado permanece intacto, tras convertirse en un jugador que fue y será un punto innegable de comparación para todos los amantes del fútbol del mundo; los cuales hoy conmemoran el nacimiento de una de sus figuras máximas, que no solo dejó las estampas de un juego de excepción, sino un abultado anecdotario que, entre buenas y malas, delinearon un perfil imborrable.
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Las redes sociales se llenaron con nostálgicos mensajes cargados de emoción y pasión en distintos rincones del planeta, una muestra de la trascendencia de un ídolo futbolístico, que obsequió a la Argentina el segundo campeonato mundial de su historia. Sus hijas y esposa escribieron sus saludos y publicaron fotos que recuerdan encuentros y alegrías en su vida cotidiana. Desde Italia su hijo también envió un emocionado mensaje, el cual fue compartido por colegas y amigos de todo el mundo.
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El -para muchos- mejor jugador de todos los tiempos, inició su carrera en Los Cebollitas de Argentinos Juniors, luego pasó a Boca Juniors, FC Barcelona, Napoli, Sevilla, Newell's Old Boys y nuevamente al Xeneize, donde terminó su periplo como jugador. Desde allí en adelante comenzó su actividad como director técnico que, si bien no fue exitosa (como lo fue siendo jugador), lo catapultó a dirigir la selección argentina, llegando a cuartos de final en el Mundial de 2010.
