Pese a ser uno de los diez mayores logros de la salud pública.
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Finalmente se realizó la conflictiva jornada en la cámara baja nacional, que contó con la participación, entre otros, de dos reconocidos médicos antivacunas: el oftalmólogo Oscar Botta, miembro de “Médicos por la verdad”, disertando sobre “Vacunas de calendario y autismo”, y Viviana Lens, quien suele difundir noticias falsas y teorías conspirativas en las redes sociales, que habló sobre “Víctimas ignoradas por el Estado: sangre de vacunados al microscopio”.
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La promotora del encuentro es una legisladora chaqueña elegida en 2021 por el PRO, y a principios de este mes presentó un proyecto de declaración para que se revise “el carácter obligatorio y compulsivo establecido por la ley 27.491 de control de enfermedades prevenibles por vacunación”, sin tener en cuenta que el sarampión, la polio, la difteria, la tos ferina, el tétanos, las paperas, la rubéola y la meningitis estaban casi eliminadas gracias a las vacunaciones implementadas.
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Emulando a una función circense de ilusionismo, se presentó un tal José Daniel Fabián y sus “secuelas de magnetización” (tras recibir “2 dosis de AstraZeneca”), a quien los objetos metálicos “se le pegan” al torso desnudo (conseguido luego de varios intentos fallidos y murmullos de incomodidad). El movimiento antivacunas surgió durante el siglo XIX con un profundo sentido de adoctrinamiento, pero principalmente como respuesta al fanatismo religioso, y se extendió con modernos y delirantes argumentos, como que el Gobierno inyecta un chip.
