Siete de cada diez trabajadores no supera la canasta básica.
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El 72% de los trabajadores ,entre formales e informales, percibe menos de $1 millón mensual, frente a una Canasta Básica Total que en octubre superó los $1.213.000 para un hogar tipo. El fenómeno ya no distingue niveles de protección laboral: incluso entre los asalariados registrados, el 58% no supera ese umbral y uno de cada cinco empleados de jornada completa es pobre. En los segmentos informales, la situación es más crítica, con el 89% de los asalariados no registrados y el 88% de los cuentapropistas de baja calificación por debajo de la línea de pobreza.
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El estudio incorpora además la noción de “pobreza residencial”, un indicador que resume la incapacidad de miles de hogares para sostener vivienda, servicios básicos y estabilidad mínima aun con ingresos laborales. Los servicios públicos, que en 2023 representaban el 4% del salario mediano, hoy demandan el 11%, mientras el costo de vida eliminó toda posibilidad de ahorro. En ese contexto, el 12% de los ocupados sostiene más de un trabajo para llegar a fin de mes, reflejo de un escenario donde la figura del “trabajador pobre” dejó de ser excepcional y se convirtió en una realidad extendida en todas las capas del mercado laboral.