Partido tenso y a puro nervio, se jugó más con el corazón que con la cabeza. Los cambios fueron claves para el triunfo.
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El partido, que se desarrolló con gran intensidad, pero con pocas situaciones de gol, se decidió en los minutos finales del tiempo extra. Lionel Messi salió lesionado en el tobillo y fue reemplazado por Nicolás González, quien aportó frescura al equipo.
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Colombia, que llegó a la final como uno de los equipos más sólidos del torneo, sorprendió con su esquema táctico inicial y complicó a Argentina en los primeros minutos. Sin embargo, la presión colombiana se diluyó con el calor y la Scaloneta logró equilibrar el juego. Emiliano Martínez tuvo un par de intervenciones claves que mantuvieron el marcador en cero.
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Durante el tiempo regular Argentina modificó su formación defensiva para contrarrestar los avances colombianos. Los cambios realizados por Lionel Scaloni fueron cruciales, especialmente el ingreso de Leandro Paredes y Giovani Lo Celso, quienes participaron activamente en la jugada del gol decisivo. Lautaro Martínez aprovechó un pase de Lo Celso para definir con precisión.
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El tiempo suplementario mostró a una Argentina más ambiciosa, con varias llegadas peligrosas. Colombia no logró mantener la intensidad y sufrió la presión del equipo argentino. El gol de Lautaro Martínez fue el punto culminante de un partido luchado, donde la jerarquía y la experiencia de Argentina prevalecieron.
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La victoria reafirma a la selección argentina como un equipo de época, con figuras destacadas como Messi, Di María y Emiliano Martínez, y un técnico que supo ajustar las piezas en momentos críticos. La Scaloneta sigue haciendo historia en el fútbol sudamericano.