En su estreno en los Juegos Olímpicos de París 2024, Argentina perdió un partido que quedará para la historia por un hecho sin precedentes.
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Suspendido durante una hora y media, el partido generó tensión y rumores en los vestuarios. Marruecos, que ganó 2-1, vio cómo su ventaja se reducía a un empate con un gol agónico de Cristian Medina, lo que desencadenó la violencia de los hinchas marroquíes.
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El árbitro suspendió el partido tras múltiples invasiones al campo y agresiones hacia los jugadores argentinos. La policía tardó en intervenir, y reinó el descontrol dentro y fuera del estadio, con familiares de los jugadores atrapados en la confusión.
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Las autoridades del COI y la FIFA debatieron frenéticamente sobre el destino del partido, mientras circulaban rumores de posibles sanciones. Finalmente, se decidió revisar el gol en el VAR, lo que llevó a los jugadores a volver al campo.
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El árbitro anuló el gol de Medina por fuera de juego, lo que desató celebraciones marroquíes. A las 19:06, se decretó el final del partido, dejando a Argentina con la derrota y marcando un episodio bochornoso en los Juegos Olímpicos.
