El compositor argentino, autor de inolvidables bandas sonoras, como Starsky y Hutch y Harry el sucio, falleció este jueves a los 93 años. Nacido en Buenos Aires el 21 de junio de 1932, fue una figura fundamental de la música de cine del siglo XX y el único argentino con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
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En su carrera hay más de 100 piezas musicales, por las cuales fue merecedor de un Oscar honorífico, cuatro Grammys y múltiples reconocimientos internacionales. Hijo de un violinista, comenzó a tocar el piano a los seis años. Su vida cambió cuando conoció al trompetista de jazz Dizzy Gillespie, quien lo invitó a Estados Unidos. Entre 1960 y 1962 trabajó con él, pero fue en la costa oeste donde encontró su lugar, y se convirtió en uno de los compositores más respetados del cine y de la televisión.
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Dos meses antes de su muerte estrenó en Buenos Aires la sinfonía ¡Viva la Libertad!, interpretada por la orquesta sinfónica nacional, bajo la dirección de Emmanuel Siffert. Fue su último gesto creativo, acompañado por el pianista Rod Schejtman. Hasta el final mostró que ninguna misión era imposible para él.