Por un lado, las fuerzas armadas invasoras continúan sus bombardeos y operaciones aéreas sobre Gaza, y por el otro aprobó el convenio con la milicia palestina para liberar 50 rehenes secuestrados por Hamás a cambio de la puesta en libertad de entre 150 y 300 mujeres y niños palestinos en prisiones israelíes.
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Durante el cese de hostilidades se permitirá la entrada de cientos de camiones de ayuda humanitaria, pero aun con la mirada internacional puesta en la zona, con la esperanza de una solución al conflicto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que al final de la tregua seguirán atacando.
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Hamás ha anunciado que el inicio del alto el fuego pactado con Israel comenzará a las diez de la mañana. Sin embargo, el asesor de seguridad nacional israelí ha apuntado que los primeros rehenes no serán devueltos hasta el viernes, por lo que mañana la guerra seguirá “como de costumbre”.