Mediante un video de siete minutos, publicado en Vatican News y dirigido a "fieles de Rosario en Argentina", el líder de la Iglesia católica dejó en claro que la criminalidad en esa ciudad argentina no estaría tan exacerbada “sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero”, y remarcó que “en todo sistema mafioso los pobres son el material descartable”.
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En su discurso sostuvo la necesidad de que “el sistema democrático vele por la institucionalidad de la Justicia, de tal manera que pueda ser independiente para investigar los entramados de la corrupción que facilitan el narcotráfico”, y que trabaje “con políticas de prevención y asistencia”, ya que “el silencio del Estado solo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las drogas”.
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Finalizó afirmando que sus oraciones y las de la Iglesia se dirigen a los familiares de las víctimas que perdieron su vida a causa de la violencia, y exhortó a la sociedad rosarina a aunar esfuerzos para que el Estado y las instituciones puedan brindar espacios comunitarios en los barrios vulnerables, y “crear comunidad” para que los niños, adolescentes y jóvenes tengan un desarrollo humano integral.