En el Palacio Vistalegre de Madrid, además del mandatario argentino, estuvieron Santiago Abascal (Vox), la diputada de la Asamblea Nacional de Francia, y candidata a la presidencia de la república, Marine Le Pen, el diputado portugués André Ventura, el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikl, y el diputado chileno del Partido Republicano, José Antonio Kast, entre otros representantes de la extrema derecha y empresarios.
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En su discurso Milei no perdió la oportunidad de llamar “corrupta“ a la esposa del presidente español, lo que causó que el ministro de Asuntos Exteriores ibérico, José Manuel Álbares, expresara la posibilidad del cierre de la embajada de su país en Buenos Aires. También manifestaron su repudio los siguientes funcionarios españoles: el vicepresidente del Congreso, Alfonso Gómez Celis; Isabel Rodríguez García, ministra de Vivienda y Agenda Urbana, y Pedro Casares, portavoz de Economía en el parlamento.
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Para redondear el cúmulo de agresiones y disparates, basados en su peculiar visión del pasado y en su deseo de reescribirlo, aseguró que el socialismo destruyó la historia, que acarreó muerte y causó 150 millones de fallecidos, resaltando una falsa estadística que usa desde que se candidateó en la carrera presidencial; y que va cambiando con el tiempo, ya que al principio de su campaña decía que fueron 100 millones, casi como la cantidad de decesos ocurridos en ambas guerras mundiales.