El estado clínico del papa ha evolucionado de manera favorable y tiene una notable mejoría. Sin embargo, los especialistas insisten en que aún es necesario actuar con cautela, ya que la infección no ha sido completamente superada. Durante su internación ha sufrido crisis respiratorias y requiere ventilación asistida por las noches, aunque sigue trabajando de manera intermitente y se mantiene informado sobre los acontecimientos internacionales.
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Pese a la gravedad del cuadro inicial ha logrado consolidar su recuperación y muestra signos positivos. Mientras continúa su reposo en el apartamento privado de la décima planta del hospital recibe terapia respiratoria, y sigue atentamente el retiro espiritual vaticano mediante videoconferencia. Los médicos han recomendado que permanezca internado algunos días más para garantizar una recuperación completa, subrayando que, aunque los análisis confirman una respuesta favorable al tratamiento, la prudencia sigue siendo clave en su proceso de recuperación.