El Gobierno nacional oficializó este lunes un plan para reducir gradualmente los aranceles de importación de teléfonos celulares, con el objetivo de equiparar los precios locales con los del mercado internacional. La iniciativa contempla una baja inicial al 8% y la eliminación total del impuesto para enero de 2026. Según el vocero presidencial, el cambio busca mejorar el acceso a dispositivos tecnológicos, hoy inaccesibles para muchos por los altos precios.
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Aunque el anuncio generó expectativa entre los consumidores, también desató fuertes críticas desde el sector industrial. Fabricantes y trabajadores de Tierra del Fuego advierten sobre el impacto que podría tener esta medida en la producción local y en el empleo. La isla representa uno de los principales polos de ensamblaje de electrónicos del país, y temen que el nuevo esquema afecte su sostenibilidad a largo plazo.