Paraliza la producción y acelera cierres comerciales en todo el país.
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Foto: Joaquin Meabe
La industria del juguete atraviesa un escenario crítico marcado por la caída del consumo, la sobreoferta y un ingreso récord de productos importados que impacta en toda la cadena. Entre enero y octubre, las importaciones alcanzaron u$s91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, con un aumento interanual del 59,5% en valor y del 94% en volumen. China concentra el 85,7% del valor y el 94,4% del volumen total, en un mercado donde la demanda no repunta.
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Foto: Joaquin Meabe
El sector advierte una distorsión profunda por el aumento de importadores, de 199 a 530 en un año, la subvaluación de artículos con precios inferiores a USD 3 por kilo y el avance del contrabando, que ya explicaría cerca del 30% del mercado. También señalan la circulación de juguetes sin certificaciones y hasta productos con alertas de retiro en otros países, sumado al excedente de stock de 2023 que agrava la sobreoferta.
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Foto: Joaquin Meabe
La producción local opera con 6 de cada 10 máquinas detenidas y muchas fábricas recurren a créditos para pagar sueldos y aguinaldos, mientras cierran comercios históricos en distintas provincias. A esto se suma un cambio estructural: la población de 0 a 14 años pasará de 10,4 millones en 2022 a 6,8 millones en 2040, lo que redefine la demanda futura. En este contexto, la CAIJ reclama controles efectivos y previsibilidad, y llama a priorizar el juguete argentino para sostener empleo y producción.