Corrientes, 29 de junio de 2025

Del Caribe al Litoral

Corrientes, 30 de mayo de 2025 - Historia

Con lápiz y papel

La joven venezolana que encontró en el arte una nueva forma de pertenecer.

Kedilgrey Toro Vélez llegó a Corrientes teniendo 13 años, y hoy, con 20, consolida su pasión por el arte. Estudia artes visuales, ganó el primer premio en un concurso local y sueña con pintar un mural que represente todo lo que esta tierra le brindó.

Por María Daniela Varela
Fotos: María Daniela Varela, María Daniela Varela, María Daniela Varela, María Daniela Varela, María Daniela Varela, María Daniela Varela, María Daniela Varela

¿Cuándo llegaste a Corrientes? ¿Cómo fue tu adaptación? ¿Te costó? - Hace 6 años que estoy viviendo en Corrientes, capital, llegué con mis papás. En Venezuela había terminado el primer año de la secundaria, y cuando llegué acá recién estaba en la mitad de año, porque los tiempos allá son muy distintos a los de aquí. Entonces, estudié en el colegio secundario Barrio Apipé, y estuve como oyente del primer año, la otra opción era ser repitente, y no quería eso. Al año siguiente, que fue en 2019, pude incorporarme al segundo año e hice toda mi secundaria ahí. Al principio, obviamente, nerviosa, porque vine con el pensamiento de que tal vez no me iban a aceptar y las clases iban a ser difíciles, pero con los profesores y mis compañeros tuve la suerte de que me dieran la libertad de sentirme cómoda, de poder adaptarme poco a poco. La verdad es que a mí no se me hizo tan difícil. Me gusta estudiar. Los profesores siempre fueron buenos conmigo, me explicaban, y yo les iba siguiendo el ritmo.

¿En la secundaria ya dibujabas? - Dibujaba desde muy pequeña, y siempre tuve ese interés por el dibujo. Recuerdo que como a los cuatro, por ahí, me gustaba dibujar en las paredes de la casa, y mis papás siempre me dieron la libertad de hacerlo, porque querían que explorará lo que me gustara. Mi mamá me contaba que se dio cuenta de que me gustaba porque vieron en la pared un gato enojado, y dicen que yo ni siquiera caminaba todavía, pero dibujé perfectamente un gato. Estuve en Venezuela en la academia de arte, en el Ateneo, en Barquisimeto, pero no duré mucho porque no me gustaba que me dieran órdenes a la hora de dibujar. Yo quería hacerlo de una manera que me gustara, e insistí con que no quería seguir órdenes de un profesor, sino que quería aprender por cuenta propia. Luego, más adelante, como a los 11 años, entré a una academia que se llama MCM de Artes, y ahí sí me sentí un poco más cómoda. 

¿Al llegar a Corrientes el arte fue parte del proceso de adaptación, o tuviste que pausar para procesar el cambio de vida? - No, nunca paré. Más bien era como un escape. Cuando me siento estresada, cuando siento que quiero liberarme un poco, dibujo. Hay días en donde obviamente estoy cerrada y puedo durar una semana sin dibujar. Pero la gran parte, dibujo. De hecho, en estos seis años que llevo acá he mejorado bastante, pero acá en Corrientes nunca estuve en ninguna academia. Ahora estudio un profesorado de arte en el instituto Josefina Contte, que conocí por compañeros que estudiaban idioma. Conocí recién el año pasado que tenían artes visuales. Había intentado kinesiología, pero no pude entrar. Y luego entré a comunicación social en la UNNE. Pero no sentía que era lo mío. Entonces llegó ese estrés de: ¿qué voy a hacer, en qué soy buena? Y uno siempre se engancha con los comentarios de otros, los tabús que tienen sobre los artistas o dedicarse al arte. Entonces le pedí opinión a mi familia. ¿A ustedes les gustaría que estudie arte? Donde tú te sientas cómoda y te haga feliz, contestaron, y ahí los comentarios del resto no importaron. Entonces, este año ingresé en el profesorado. Son cuatro años y hasta ahora me he sentido muy bien con mis compañeros y profesores. Nunca he sentido ese prejuicio -por ser venezolana- de no ser de acá. Siempre me han hecho sentir cómoda.

Ganaste un concurso de arte acá en la capital, ¿cómo fue esa experiencia?- Conocí a la competencia, que hace anualmente Corrientes al Lienzo, por una compañera que fue ganadora el año pasado en la categoría de pintura adulto, y me incentivó a que me anotara este año. Tenía miedo, porque de competencias así nunca he estado, nunca lo intenté, y esta fue mi primera vez. Para el boceto la verdad es que no tuve muchos días de preparación, porque estaba cerrada con las ideas, porque la temática de este año era Corrientes del ayer, del hoy y de siempre. Y al no ser correntina por ahí algunas cosas me complicaban, porque no entendía o no me sentía tan perteneciente con lo que puedo hacer. Entonces mi idea fue preguntarle a amigos y conocidos que sean de acá o que tengan más tiempo viviendo acá. Le iba haciendo encuestas, por ejemplo: Si tuvieras que destacar algo de corrientes, ¿qué te gustaría? Y me decían: Me gusta el atardecer de Corrientes, la costanera, el puente, el chamamé, el carpincho, el yaguareté, el yacaré. Me iban dando un montón de ideas, los edificios, la arquitectura. Y todo eso quise plasmarlo en uno solo. Y el título de mi dibujo era “Las corrientes que te llevan al paraíso”, como un juego de palabras, estuve en la categoría de dibujo adulto y nos dieron tres horas para dibujar. Tuve que hacer dos bocetos, porque el primero era más como una mujer representando la corriente. Preguntándole a varias personas me decían que estaba bueno, pero que no coincidía con la consigna. Entonces, con los nervios del momento, ingenié un boceto, con el que gané. 

¿Cómo te sentiste al ganar? - Estaba muy cerrada a ganar. Yo decía que no, porque hay más gente con talento. Hay gente que es de acá y conoce muchísimo más, y se van a ingeniar. Esperamos como una hora a que dijeran los ganadores. Me junté con mi grupo de amigos a charlar. Iban pasando primero los de la categoría niños, adolescentes y por último adultos. Y estaban mis papás también, que fueron a acompañarme a mirar. Eran tres puestos, primero, segundo y tercer lugar. Cuando habían llamado al tercero y segundo lugar yo decía que si no me nombraron en esos puestos no me iban a nombrar en el primero. Y una compañera me decía: Te van a nombrar, te van a nombrar. Hasta que escuché mi nombre y no lo creía. Salí corriendo, pero ni siquiera estaba segura de si era yo. Escuchaba a mi mamá, me gritaba. El intendente Tasano me llamó para que dijera unas palabras y que explicara mi dibujo, que fuera yo misma la que explicara. Expliqué que soy extranjera, pero que en verdad me siento parte de Corrientes ahora, porque me ha brindado cosas que lamentablemente en país no he podido tener. Que quise retratar a Corrientes como el paraíso que es. Mi mamá subió a la tarima con la bandera de Venezuela, nos sacamos fotos. Me dijeron que mi dibujo era inspirador, que plasmé muchas cosas en un solo dibujo y que eso los sorprendió, por el poco tiempo que teníamos para hacerlo. 

¿Qué sientes después de hacer ese dibujo? ¿Qué significa Corrientes para ti hoy?- Corrientes es mi segunda casa, y me siento bien, porque tiene una cultura y unas personas hermosas. Yo sé experiencias de otros venezolanos en otras partes que dicen: No, no quiero volver, porque no me siento cómodo, las personas me tratan mal. Y acá nunca he sentido eso. Al contrario, más bien siempre viene alguien que te ofrece una ayuda, que te pregunta cómo estás. Y siento que a mí me gustaría brindarle mucho más también a Corrientes, como una forma de agradecimiento de lo que han hecho por mí y por mi familia. Porque no solamente soy yo y mis papás, ahora están mis hermanas, mis sobrinos, mis cuñados, y bueno, también mis amigas. La verdad es que haber ganado esta competencia me da esperanzas de, en un futuro, lograr mi objetivo, que es ser una gran artista. Por ejemplo, mi mayor sueño es que haya un mural hecho por mí acá en Corrientes o en la Argentina. Poco a poco -obviamente- voy a seguir mejorando, porque no considero que sea experta ni nada por el estilo. Siento que uno va aprendiendo algo nuevo todos los días. Entonces, espero también que Venezuela en algún momento mejore y también poder ser una artista allá. Porque para mí son dos casas. Espero que en algún momento podamos ir todos. 

¿Qué quieres plasmar en tus dibujos y qué cuál sería tu conclusión? - Estilo definido no tengo, un día puedo dibujar algo triste o algo feliz. A algunos dibujos los miro -directamente de otro artista que ya lo creó- y los copio, o algunas veces los creo. Desde hace poco empecé a guardar mis dibujos, porque los tiraba, los regalaba o se me dañaban, y decía: Bueno, más tarde hago otro y listo. Recién ahora vengo a darme cuenta del valor que realmente tienen para mí. Y mis padres -más que nada- son los que me dieron a entender eso. Mi papá desde siempre me incentivó a que dibujara e hiciera las cosas por mi cuenta. Porque cuando era pequeña le pedía ayuda para que me dibujara un árbol o un caballo. Y él me decía: Hazlo tú, como te salga, pero que sea tuyo. Y mi mamá, cada vez que le mostraba un dibujo, decía: La obra de arte. Ahora pienso seguir guardando algunos, y seguir mostrando. Mi conclusión es nunca dejar algo de lado por los miedos o por las opiniones del resto. Si es algo que te hace feliz y sientes que vas a lograr algo con eso, hazlo.


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